homesweet....: septiembre 2008

Piriápolis

Me resulta un poco difícil elaborar una crítica con las impresiones recogidas del lugar donde vivo desde siempre, por lo tanto opte por hablar sobre lo que es vivir en este lugar. No puedo realizar un trabajo destacando diferencias de la urbanización ya que para mi son cotidianas y no las noto tan fuertemente como las demás compañeros.
Yo creo que es un lugar muy lindo para vivir, ya que es agradable en términos paisajísticos, tranquilo y seguro. Tiene lugares increíbles a la vuelta de la esquina, de muy diversos estilos, pasando por la zona costera, la que abarca desde Playa Verde, hasta Punta Colorada, desde playas agrestes y arboladas hasta playas oceánicas, de fuertes corrientes y dunas, pasando por puntas rocosas ( Punta Fría, particularmente); zonas de bosques de pinos marítimos y serranías, donde se destacan los Cerros Pan de Azúcar, Cerro del Toro y en menor medida el Cerro San Antonio, el cual por su ubicación es un punto mas poblado y sumamente turístico, ya que tiene vistas de la bahía. Estos lugares son comunes en las vivencias de cualquier poblador del lugar, teniendo especiales vínculos con estas diferentes zonas.
Puedo reconocer que es real que no existe zonificación, las casas se mezclan viendo en la misma cuadra casas de veraneo de buen nivel, casas de veraneo más tradicionales y casa de personas que residen durante todo el año, esto referido mas específicamente a la zona mas cercana a la costa, ya que cuanto mas se acerca hacia la zona del bosque o tanto hacia la zona del toro la edificación se torna mas uniforme, casas bajas, es en realidad la periferia, donde a su vez se ven asentamientos irregulares, como el de Selva Negra o el ubicado sobre la pista de Carreras de Piria, ladera este del San Antonio.
Este tipo de asentamientos se generan por la migración de personas que vienen a trabajar en verano o en determinadas zafras (construcción o pesca, básicamente) los cuales ven una posibilidad de prosperar y se instalan en terrenos municipales, lo cual no quiere decir que el asentamiento sea de características de extremas de pobreza o de gente marginada, aunque también se genera un ámbito donde todo tipo de persona se siente parte, en definitiva, se mezclan.
Una de las características particulares de la población es el sentido de desarraigo, la falta de responsabilidad o de compromiso con el lugar, la indiferencia hacia las situaciones o circunstancias del hecho colectivo. Este fenómeno negativo es el resultado de una suma de factores entre los cuales se encuentran estas migraciones internas, que aportan personas de otras partes del país, no solo de gente zafral que se establece por necesidad sino también de gente que elije este lugar; otro factor es la inmigración de personas o familias originarias de Piriápolis, las cuales tenían otro tipo de sentimiento hacia el lugar, y por problemas económicos debieron abandonar el lugar; también puedo marcar un factor que creo el mas peligroso que es el egoísmo, la prosperidad individual, sin interés por el resto de la comunidad. No digo con esto que debemos vivir en función de la comunidad, pero si demostrar algún tipo de compromiso con esta. Es una cuestión sociológica que desde nuestro punto de acción no podremos modificar.
Directamente del punto de vista arquitectónico, creo que Piriápolis se encuentra estancado en una época prospera, ubicada a mediados de la década de los ochenta, aproximadamente, lo que da un aspecto de relativo abandono, particularmente los negocios de la rambla, con toldos añejos, descoloridos. Existen algunos negocios que tienen una mejor solución a sus fachadas, de maneras mas actualizadas, lo que me parece razonable, pero en la sumatoria de locales actualizados y locales prehistóricos tenemos el resultado de una “rambla menjunje”, sin un orden ni una estética definida, que resuma o refleje algún sentido de responsabilidad frente al entrono natural y a las necesidades actuales.